viernes, 19 de octubre de 2018

LA ESPOSA DEL ZAR


A la esposa del zar
le gustaba bailar,
pero se encontraba sola
como una amapola
en medio de una colina
donde tenía mil vecinas.

Recorría los parajes
sin pagar los pasajes,
pues lo pagaba su marido
para que pasase
un rato divertido,
a parte, la quería fuera
y le daba igual con quien estuviera,
todo para no meterse en política
pues él podría
recibir mucha crítica.

Un día entró en un salón de belleza
andando con humildad
y mostrando fortaleza,
tanto que las clientas
que permanecían atentas,
se quedaron perplejas
cuando al encargado le susurró
a la oreja
que las quería todas bien arregladas
y por el dinero, no se preocupara
que los honorarios serían pagados
con el dinero del estado.

Ese gesto la hizo más fuerte,
y le hizo cambiar la suerte,
a los dos años era Zarina
de nombre Catalina,
apreciada por sus gentes
siempre sonrientes.

Del zar no se supo nada
solo que vino a Igualada,
donde tenía una pequeña residencia
y en sus seguidores
tenía la creencia,
de que volvería a gobernar
y su pueblo acariciar,
pero más lejos de lo normal
pues acabó con una enfermedad letal,
que obtuvo el visado para su nación
para que lo enterrasen en comunión
con el resto de sus ancestros
pero lo que no cogería jamás,
sería el cetro.

Catalina volvió a bailar
y al tiempo, gobernar.

JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-

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