martes, 30 de octubre de 2018

FRAGMENTOS


¡Oh! mi bien amada.
¿Sabéis...
que por los intersticios de mi cuerpo
corre tu cuerpo diáfano
su más grande odisea?

Glosando en mis entrañas
las suaves melodías
de los Persas,
y como un antiquísimo
duende descanso
sobre la fragua ardiente
de los siglos.

Flotando como una nebulosa
en el orbe de tus pupilas de sol,
extrayendo de mis venas la sangre,
socavando mis células y mis linfas,
devorando cual espiga
de acero mi carne,
consumiendo como
un remolino mis huesos,
triturando lo poco o nada
que soy y que tengo;
crucificando
mi estéril y efímero
verso a tus antojos,
seduciendo mis sueños,
recorriendo mis poros
cual galope de mercenario
en pos de hurgar
mi alma y mi espíritu.

Tony Cedeño -Ecuador-

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