SILENCIO QUE QUEDA

Silencio absoluto en las noches
más largas y duras.
El tiempo está pasando lentamente
hay que saludarlo como merece:
con una copa en la mano
de cristalina memoria y
un corazón latiendo exánime.
El silencio es oro candente,
Quema por los senderos que,
a veces, lleva su corriente.
No pronuncio su nombre,
temo enardecerle.
En las noches de media luna
su nombre apenas silba
como cuando el silencio
hiere mis noches más antiguas.
Y… pronuncio tu nombre,
con un repique de campanas
hechas de encaje y seda.
Viene de muy lejos el eco,
tu nombre y un tímido ¡te quiero!
Quedo desierto el silencio… en
las horas más largas y duras.

Juana Campos Cortés.