domingo, 8 de julio de 2018

RETAMA INCLAUDICABLE


Tus flores, bien sabes, serán:
amarillas,
qué importó las inclemencias,
las tempestades o las albricias,
serás aroma del silencio detenido.

Nada importa si intactas las antípodas
lejanas
sigan a ciegas sin mostrar su rostro
que siempre añoramos, perseguimos
solazar su enigmática faz.

Mientras al lado reptante con furia
bronca
el rugido cuando las crecientes del río
Grande, se arrastra serpentino sobre
la piel de bronce y turquí de las piedras.

Al sinuoso lado, bordados
de magueyes
y arbustos sin nombres cortejan el paso
empedrado del caminito por donde a solas
andina, arrebolada, amanece, Mayo.

Ella, urdimbre de mil colores, montaña y nieve
perpetua
incrustada dentro los sueños con voz quebradiza
de picaflor bajo la retama amorosa enarbola
su trino de fragancia y pólvora redentora.

Orlando Ordóñez Santos 

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