POEMANDO

Debo confesar y confieso,
bajo la jura del poeta,
que amo el poema
y también el verso,

componer ya compongo,
poemas y algún desvarío,
y alguna filosofía supongo,
sin acierto y albedrío,

y hasta me he atrevido
con liras y sonetos,
y algún otro “cocido”,
que me puso en aprietos,

del ritmo y la cadencia,
mejor siquiera hablar,
pues en nada me influencia
a la hora garabatear,

ya versado en lecturas,
de grandes y... no tan grandes,
no pierdo la cordura
y tampoco hago alardes,

a veces, un folio en blanco
me habla y me comenta,
si me inspiro y no me atranco
dejo que la mano sea sirvienta,

en alguna rara ocasión,
resulta que al final del poema
tras leerlo con atención
ha resultado un bello tema,

y no por ello soy poeta,
el poeta es un loco iluso
con errores, y se equivoca
y yo, sólo soy un perfecto confuso,

si, eso sí, amo la poesía,
escucharla cuando declama
Juan Ariza con osadía,
o mi admirada Poetisa Gitana,

porque la poesía es alma,
libertad y peligrosa,
en el amor hace diana,
y para el corazón, una rosa.

Angel L. Alonso