No, no quiero ser
las lágrimas que nadie llora por mí,
ni el viento que nunca hospedaron
sin mi compañía,
ni el cielo del cristal de mis ojos
que nadie miraron.
No, no quiero ser
la penumbra de mis noches desnuda
donde nadie me alumbra,
no quiero ser el alma de mi alma
que no posee alma enamorada.
No, no quiero ser
la sombra de mi sombra
que el amor ni se asombra
ni me sorprenda,
ni mi piel seca
ni carne putrefacta
ni efímera, ni eterna
ni mi cuerpo, ni mis huesos.
No quiero ser, no
ni soledad, ni silencio
ni espíritu, ni alma
ni Dios, ni demonio.
Quiero ser en el todo
la NADA.
Karla Martin
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