miércoles, 11 de julio de 2018

INTENCIONES PEREGRINAS


Alimento mi hambre de amores
apurando un beso sin prisas
y dejando que se descontrole
en el sueño en que me cautivas.

Me escondo en las sombras del bosque
huyendo de mis pesadillas,
no espero que me perdones
pues mi temor, ya me castiga.

No hay descanso cuando se ama
poco a poco, se muere en vida,
ahogando, bajo la almohada
lágrimas de despedida.

He dejado la puerta abierta
para provocar mi agonía
porque temo que no me quiera,
porque he de dejar que ella decida.

Y la amé, como en mis sueños
sin reservar ninguna energía,
en aforado desasosiego
la amé, sin que fuera mia.

Así permaneció a mi lado
mientras las horas transcurrían
desenredando dedos enredados
con unas manos muy frias
deslizándose por mi costado
con intenciones peregrinas.

Luis Maria Saiz Laso

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