martes, 19 de junio de 2018

ROSAS BLANCAS


Como duele llegar a casa y ver tu sillón vacío donde solías descansar querido Papá, después de las duras faenas para mantener el hogar.

Quisiera volver a ser niña otra vez, colgarme de tu cuello y caminar hacía la escuela tomada de tu mano.
Hoy que no estás te hecho de menos a cada vez que la vida me golpea.

Que dolor tan grande fue no despedirme
a la hora de tu partida al más allá,
algún día nos volveremos a encontrar para vivir juntos como familia por siempre en la eternidad.

Extraño tu sonrisa, besos y abrazos,
te busco en cada rincón de la casa,
pero solo está tu imagen colgada en la pared
mis lágrimas no puedo contener.

Tu mirada se perdió en el infinito,
volaste al cielo azul donde moras al lado de Nuestro Padre Celestial en compañía de mi Madre y hermanos.

Hoy, en este día consagrado al Padre visitaré una tumba fría y dejaré un ramo de rosas blancas,
elevaré una oración a Dios por tí y por mi.

Padre mío de sentimientos nobles
te llevo en mi corazón,
por donde quiera que ando tus sabios consejos me acompañan.

Fuiste mi ejemplo de honestidad a seguir, mi guía para aprender andar por este
duro camino de la vida,
me diste educación y me enseñaste a trabajar.

Mi apoyo, mi héroe valiente siempre te voy a recordar, aprendí de ti a ser humilde y a compartir con los demás,
a caminar con mucho tino para no tropezar, a pensar antes de hablar.

Me diste alas y me enseñaste a volar
por todo eso y más, gracias PAPÁ

Angélica Bueno -Honduras-

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