Ñusta andina tan maravillosa,
tu lindura reluce en la sonrisa,
ilusión en tu carisma gloriosa,
los versos besan, como brisa.
La luminosidad de tu carisma,
la serena melodía de tu alma,
el fulgor de tus ojos fastuosos,
cautivan el corazón anheloso.
El vate- armoniza las poesías,
¡eres la admirada inspiración!,
encumbra de luminoso- júbilo,
¡el Espíritu, sonríe de fruición!
Doncella de noble sentimiento,
matizada con gran fascinación,
efusividad, ¡llena de galanura!,
motivante de plena convicción.
Julio César Portella Medina -Perú-
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