Y transmutaste mis sentidos,
convirtiéndome en un torbellino
de pasión.
Anhelabas devorarme,
tu mirada tenia ansias,
tus brazos me poseían
y yo no paraba de temblar,
mi cuerpo se estremecía.
Hubo un choque eléctrico
y magnético a la vez.
Y en este trance nuestros
cuerpos etéricos, danzaban
al ritmo de mi agitada respiración.
Todo era elevación y conexión,
podía sentir tus 7 campos
magnéticos activados.
Tu cuerpo etérico; poseía
a mi cuerpo físico, sentía como
tu espíritu y tu alma me aclamaban.
Tu cuerpo Emocional: me hacía
disfrutar el momento, era un
sentimiento de pureza que
nos conectó con lo divino.
Tu cuerpo mental: ligaba al cuerpo
físico y me introducías profundamente...
tus pensamientos. Interconectándonos
con todas las frecuencias vibratorias.
Tu cuerpo astral: Nos sincronizaba,
experimentando al máximo la expresión
del placer, mezclándose emociones y
sentimientos, haciendo eterno el momento.
Tu cuerpo de patrón etérico: Conectaba
a nuestras almas, nos transportaba
a diferentes dimensiones.
Tu cuerpo Celestial: Me introducía
a la máxima expresión de la divinidad,
me posee en tu morada y como
disfrutaba.
Y por último tu Patrón cetérico:
Cubrió nuestro amor con una luz
radiante y excitante, sintiendo la
plenitud del amor a flor de piel.
F. Janeth Elizarraraz O.
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