Oh mi dulce enamorada
te ofrezco mi corazón
tan rojito como siempre
con la sangre purificada
tan solo con tu amor.
Cuando escucho tu dulce
y tierna voz angelical
muy cerquita de mis oídos
es como escuchar angelitos
cantando en mi mente.
Mi corazón emocionado
palpita sin cesar cada día
al solo escuchar tu dulce voz
y sentir cuanto me amas
o te vas acercando a mí.
Eres música celestial
colmando mi mundo
en un sueño ideal
del que nunca desearía
volver a despertar ya.
Eres para mí una rosita
flor más hermosa de mi ser
digna del Jardín del Edén
un milagro de Dios creador
quién a mí me regaló.
Deseo vivir, o existir
morir, y viajar al mas allá
siempre con tu amor ideal
en mi mente siempre has
de estar presente hoy,
mañana, y en mi futura
eternidad junto a Dios.
Recibe mi dulce amada
mi corazón enamorado
que arranque de mi pecho
para entregártelo solo a ti
mi dulce, y tierna amada.
Claudio Kruger Ahues -Chile-
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