Anoche en la soledad de mi habitación, escuchando la lluvia caer bajo mi techo,
afloraron los hermosos recuerdos de aquella maravillosa noche de romance divino que vivimos en París.
Y como no recordar, si era nuestra primera noche de de dulce entrega al amor.
Nuestra ansiada Luna de miel....
Caminando tomados de la mano en aquella maravillosa noche de romance mirando hacia el firmamento bajo la lluvia, noche que nos envolvía con su manto, recorriendo las majestuosas calles de París, iluminadas por inmensos faroles fosforescentes que nos invitaban al placer y al amor.
Al llegar a nuestro hotel cinco estrellas me tomaste por la cintura, me cobijaste entre tus brazos, besaste mis labios y mi cuello sedientos de ti, a pesar del clima frío entramos en un calor delirante que nos quemaba la piel.
Me miraste fijamente a los ojos, besaste todo mi cuerpo con desbordante pasión y entre suspiros y besos me decías nunca te voy a dejar ¡amor mio! Eres mi estrella soñada que ilumina mi existir.
Todo parecía mágico en aquel sublime momento un verdadero cuento de hadas que no hubiese querido terminara jamás.
Y entre lágrimas y sollozos de emoción te contesté ,nunca voy a olvidar esta divina "Noche seductora en Paris "
Noche mágica de ensueños todo era amor y felicidad....
Y mira como son las cosas, al final fuiste tú el que falló,
el que faltó a esa promesa de amor eterno que juraste ante el altar, promesas incumplidas en aquella noche de pasión que vivimos en París, la que nunca he de olvidar... por el resto de mis días.
Angélica Bueno -Honduras-
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