Duelen tus desprecios, me horadan profundamente
hieren recónditos, resguardados sentimientos
¿Por qué quieres que me lleguen con remordimientos?
Si cuando te reclamo pierdo inútilmente.
Si crees hago falta deberías buscarme
acaso no merezco, o no estoy a tu alcance.
¿Oh no gané peldaños en tu efímero trance?
Y tan solo persistentemente reclamarme.
Cosas olvidadas del pasado regresaron
volviste entonces a discutirme a puro grito
y cosas que nunca jamás se solucionaron.
Tu desprecio y resentimiento es pan del día
¿Por qué tus reproches y reclamos nunca cesan?
Y me hacen muy difícil contigo mi estadía.
Alberto Recalde Romo -Ecuador-
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