domingo, 12 de noviembre de 2017

UN HAZ DE TARDES


Un haz de tardes llevo derramadas
en estos ojos pardos que ya tienen
nublado el cielo. Tardes que contienen
la luz del tráfico de sus miradas.

Azules, glaucos, negros, verdes eran
los faros de sus cuerpos. Luminarias
me intimidaron con sus carcelarias
profundidades sin que lo supieran.

Bebí la luz de cada sol sin miedo
a envenenar. En estos yo me quedo
-definitivamente me decía-.

Pero otras nuevas tardes me retaban.
Solícitas pupilas me clavaban
sus dulces dardos. ¡Yo me derretía!

Jorge García de la Fe -Estados Unidos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario