lunes, 5 de diciembre de 2016
BEBIDO EN LLANTO...
Bebido en llanto sostuve
su cuerpo entre mis brazos.
A días de su partida,
aún siento olores dejados.
Extraviado en el dolor,
enfermizo y sin remedio,
de noche iba conducido
por su ternura de cielo.
A la magia de su línea
anuncié mi soledad
para siempre. Me reintegro
a la faz de su verdad.
A la cita de esa luz
el día me da en la cara,
me flota entero en los ojos
reforzando mi morada.
Soy su memoria y soy otro
y no conozco otra dicha,
a este ritmo de la sangre
a que el sueño se reaviva.
La brújula de la casa
que compartí y entonamos,
sabe a gozo permanente
y se renueva en mis labios.
Francisco Fenoy -España-
Publicado en la revista Oriflama 29
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