Y dejé de existir,
cuando dejé de reír y llorar,
al huir hacia la nada,
cómplices el miedo y desesperanza.
Y dejé de existir
al escapar entre la locura y la razón,
y dejé de creer en la gente,
efímera utopía, un día sin amar.
Un sueño inconcluso vertido
en el paraíso y el infierno.
Ramiro Peñalba Pinell -Nicaragua-
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