viernes, 25 de noviembre de 2016

ORIENTE


Allí el rumor de las fuentes entre los arrozales,
allí la leve bruma sobre el monte
y la oblicua luna filtrando su luz en los templos.
Allí los mil rostros del Buda, que uno son siempre
en esa innumerable y sobrehumana forma de los diverso.
Allí la nieve en su blanca quietud
y la vieja huella sobre la corteza de la Higuera.
Allí los últimos harapos de Bashō
y su canto en cada estanque de agua.
Oriente, dónde ruedan tus piedras,
dónde el naciente sol y el negro firmamento,
dónde la brújula que sueñan las garzas
y tu sencilla piel de aire, lluvia, jardines, ausencia.

Wilson Pérez -Colombia-
Publicado en Periódico de poesía 92

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