El carrito vacío, va contento
hacia el mercado junto al río
donde hará la compra para el mes
en que el invierno hunde sus talones.
La cabeza llena de recetas, sonríe
recordando los poemas malhadados
que leyó esta madrugada cibernética.
Cuántos fatuos cocineros de palabras.
Mas no palabras lleva en su lista:
precisos cortes de buena carne,
aceite de oliva, ajo, condimentos,
con los que forjar un poema distinto.
En el hacer con amor cuidadoso,
en la osadía fuera de medidas,
recetas toman forma, poemas.
La artesanía es el alma del arte.
Y regresa a casa, lleno el carrito,
los ingredientes, voces cabales.
Conjura hirvientes platos magistrales,
loco de contento, con su cargamento.
Del libro El jubilado de
Alfredo Villanueva Collado -Estados Unidos-
Publicado en Editorial Alebrijes
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