sábado, 22 de octubre de 2016

LA PUERTA SUR


Todos, en desbandada corrían y se empujaban por el pasillo para poder llegar hasta el deslizador vertical.
Ya no cabían en ese nivel.
Los que no lograran entrar seguro morirían; porque nadie les daría comida, ni agua, ni espacio.
—Tomás escogimos el camino equivocado —le decía Mireya a su esposo mientras el deslizador se
movía.
Cada uno abrazaba muy fuerte al hijo que llevaba cargado.
—Debimos salir al cosmos; va a ser muy difícil encontrar un nivel subterráneo que tenga cuatro plazas libres —concluyó ella su idea.
—Ya no hay solución... —dijo él con el rostro abrumado.
— ¡Mira! En el -14B hay ocho.
Pero las veinte personas que iban allí también lo advirtieron.
Todos se miraban, aumentando la tensión general y entonces oyeron el anuncio interno: « ¡Escuchen! Solo se permitirá la salida de cinco personas por la puerta sur»
— ¡¿Por qué si hay ocho espacios!? —con esa desesperada interrogante comenzaron los empujones por llegar frente al portón que abrirían.

Omar Martínez González (Cuba)
Publicado en la revista digital Minatura 151

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