A ver si consigue así que papá no haga más el indio porque lo suyo es patológico, obsesivo. A mí me llama “Con el puño en alto” porque soy muy belicoso, a mamá “Mujer con sonrisa hechicera” porque al verla quedó embrujado; sale a la calle provisto de arco y flechas; se pone mocasines y no zapatos y no en pocas ocasiones descubre al Séptimo de Caballería detrás de cada esquina. Nos tiene muy preocupados. Por eso doctor, si hace falta atémosle a la silla y bailemos la danza del sol cuatro días y cuatro noches. A ver si escupe de una vez los malos espíritus.
DAVID MORENO
Publicado en el blog microseñalesdehumo
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