El maestro le dijo:
—Si deseas ser poeta debes hallar tu voz.
El joven sacerdote buscó en cada rincón donde antes se había hincado a rezar sus letanías; pero no fue allí donde encontró su voz, esta vagaba en los oídos de aquellas a quienes susurró palabras de amor y algunas frases obscenas.
JUAN MANUEL PARADA
Publicado en la revista Sea breve, por favor.
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