Son veintiocho, veintinueve, treinta y cinco años
tan simples y vacíos
tan como los de la gente.
Solo me queda esconderme,
obligarme a esconderme
a huir como todos,
obligarme a no luchar contra mi afición
a huir del tedio.
Tan buenos todos,
pero tantos...
(y eran veintiocho)
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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