martes, 15 de enero de 2013

LA PAZ DE TU COSTADO


De nada sirve burilar los cepos para oprimir las voces altaneras a pura soledad,
puro ostracismo,
a puro estremecido desencuentro desflorando tristezas de ceniza.
Se hace vital tu gesto celebrante en mi flanco de olvidos y fracasos
donde fundar,
a paso de conjuro,
ciertos cuencos de arcilla,
ciertos cálices de oro vendimiando racimos en la brisa.
Porque no quiero farsas
y me niego a vagar por mis derrotas sufriendo las mareas insolentes que azotan las aldabas de mis lunas con simientes de sombra en rebeldía.
Porque no sirve desceñir las horas si no tengo la paz de tu ternura
y un susurro que funde las hogueras,
que determine ritmos en la grava,
que promueva promesas y caricias.
Sin tu presencia sólo soy vacío,
un cuerpo que escindieron los inviernos,
un cuerpo desvalido,
atormentado,
rehén de filiaciones impostoras y rencores y muertes corrosivas.
Un cuerpo en la intemperie,
excomulgado,
observando los negros semicírculos
- legatarios perpetuos de campanas –
que les recortan cielos a las tardes con tijeras de ocasos y cornisas.
Sin tu presencia hay un fulgor de llanto en la bóveda mágica del sueño
y sobran trebolares,
sobran musgos encendiendo concilios de luciérnagas sobre escorzos de brumas y fatigas.
Se hace vital tu gesto celebrante en mi flanco de pena y desmemoria,
para beber a sorbos los hechizos de esos cuencos serenos,
generosos,
colmados por la luz de las glicinas.

Del libro A espaldas del silencio de NORMA SEGADES-MANÍAS
Publicado en la Editorial Alebrijes

No hay comentarios:

Publicar un comentario