viernes, 11 de enero de 2013

DIBUJOS Y FRAGMENTOS PÓSTUMOS


 Autor Charles Baudelaire.

“Cada minuto somos aplastados por la idea y por las sensación del tiempo. Y sólo hay dos formas de escapar de esa pesadilla, de olvidarla: el Placer  y el Trabajo. El Placer nos desgata. El Trabajo nos fortifica”

Esta cita, tomada de las muchas que consolida la riqueza del libro,  muestra la entrega e hiriente crítica contra todo. “Si aplazamos  lo que debemos hacer, corremos el peligro de no hacerlo nunca. Si no nos convertimos de inmediato, corremos el riesgo de ser condenados”  Tras la muerte del poeta Poulet-Malissis, su editor, recogió en un libro todos los dibujos en los que Baudelaire se retrató a sí mismo. Llegaría después años de dispersión de tan interesante como envidiable tesoro,  Ahora esta excelente edición recoge todos los dibujos de Baudelaire, tanto los que publicó Gallimard, como los de la dispersa colección de Godoy.

Ha pasado el tiempo pero el poeta de la provocación y la virtuosidad, genio desde el trampolín de todo lo maldito no solamente permanece vivo de pálpito y desafío, sino que se ensancha en el universo provocador del verso y el poema “Cuando por el mandato de un supremo poder, / aparece el poeta en este mundo hastiado” Es tanto su clamor, la denuncia siempre jadeante, que hasta la madre se lamenta, siente temblor de lo que ha engendrado: “-¡Ah! Que no haya parido un nido de reptiles, / antes de alimentar esta cosa irrisoria! / ¡Maldita sea la noche de placeres efímeros / en que mi propio vientre concibió este castigo” Y es que como con fino acierto señala Julio Cortázar: “Baudelaire, padre de la poesía francesa,  su agudo indagar critico le hizo entrever y postular condiciones esenciales de toda poesía: alejamiento del compromiso ético (no den la estética) y del didáctico de la verdad”.

Obra y vivencias que se confirman en estas cuidada edición ilustrada que ha editado  sextopiso con el título de Dibujos y fragmentos póstumos de un creador  siempre poseído de una gran pasión por  las imágenes, que plasmó en poemas perdurables  “En los sinuoso pliegues de las viejas ciudades / donde incluso el horror tiene algo de seductor, / yo acecho, conducido por mis turbios humores, / a estos seres decrépitos, llenos de extraños encantos”. Baudelaire fue para muchos la crítica y síntesis del Romanticismo, para otros el precursor del Simbolismo, y tal vez haya sido ambas cosas al mismo tiempo. También es considerado el padre espiritual del decadentismo que aspira a épater la bourgeoisie (escandalizar a la burguesía). Los críticos coinciden al señalar que formalmente abrió el camino de la poesía moderna. Su oscilación entre lo sublime y lo diabólico, lo elevado y lo grosero, el ideal y el aburrimiento angustioso (el Spleen) se corresponde con un espíritu nuevo, y precursor, en la percepción de la vida urbana, se inició muy temprano “De niño tuve en mi corazón dos sentimientos contradictorios, el horror de la vida y el éxtasis de la vida. Es el sello de un holgazán enfermo de nervios”,

 OBSESIÓN

“Como las catedrales, me aterráis, grandes bosques; / tronáis como los órganos; y en vuestros pechos réprobos, /  salas de duelo eterno resonantes de ayes /  reverberan los ecos de vuestros De profundis.

¡Te aborrezco, Océano! Tus saltos y desórdenes / los encuentro en mi espíritu, ese amargo reír /  del vencido, de insultos y de sollozos grávido, / puedo oírlo en la risa enorme de la mar.

Cómo me atraerías, ¡oh noche!, sin tus astros /  cuya luz utiliza un lenguaje tan próximo. / Yo persigo el vacío, lo negro, lo desnudo.

Incluso las tinieblas son tejidos inmensos, /  donde viven brotando de mis ojos a miles /

seres desvanecidos de familiares rostros”

Junto a los dibujos y fragmentos que el poeta y pintor escribió  poco tiempo antes de morir, enfermo, en la miseria mas manteniendo viva esa fe inquebrantable en la poesía y la belleza. Se cuenta que cuando Nietzsche   leyó en 1888 los fragmentos póstumos de Baudelaire, un escalofrío recorrió su cuerpo, se reconoció en ellos y dijo sentirse en presencia de un libro con el poder  de transformar el siglo. Sin embargo nadie lo escuchó. Los fragmentos  fueron olvidados. La fortuna nos ha socorrido al poder saborearlos, in quietarnos gracias a esta reciente, actual e imperecedera edición.

“Los grandes hombres…no fueron presuntuosos ni bufones, sino   que percibieron el terror de la vida, y tuvieron la fuerza de enfrentarlo” Acorralado, perseguido todo envuelto en su propia sombra soportando la enfermedad que le robó la vida, poeta maldito y genial creador de sustancias, alcanzó la altura justa sobre sus propios dolores con el pulso del continuo esfuerzo de seguro creador.

Francisco Vélez Nieto 
Publicado en el periódico digital El libre pensador

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