domingo, 29 de julio de 2018

343


Y me perdí,
creí
tenerte y me perdí,
no sabía
que debía,
ser quien siempre fui,
no entendí,
que estos años
solo eran luz,
apagándose,
pues el poco combustible
que quedaba,
en esta llama
era aún magro,
para enhebrar
esas últimas hilachas,
del calor,
que el invierno
fue escarchando
lentamente.
Aún así,
me enredé,
en algún vestigio
de esperanza,
que la noche
remontaba,
como aquel barrilete
destrozado por el viento
y en mi afán,
de intentar recomponerlo,
lo lloré
pues ya no era el mismo.
Yo no sé,
que decir
da lo mismo,
más aún,
seguiré
esperanzado,
de volver
a renacer
pero esta vez,
como un vestigio,
un tenue rastro,
sólo un latido
que me diga
a donde ir,
nuevamente
para no tropezar,
conmigo mismo
y alcanzar
la libertad,
de estar contigo.

José Luis Gareis -Argentina-

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