viernes, 1 de julio de 2011

POEMAS

NO SÉ

No sé si beso y labio,
si memoria y olvido,
si rosal suspirante,
si ríos transparentes,
si lloviznas de mayo,
si cielo azul de julio.
No sé cuándo ni cómo.
No sé si sí o si no.
No sé si pluma y aire.
No sé si vuelo o cielo.
No sé si árbol y pájaro.
No sé si rama y nido.
No sé si hojas y sombras.
Yo no sé por qué lloran las hormigas.
Ignoro por qué vuelan las abejas.
De la miel no se nada,
quisiera yo saber
cuanto saben, que es mucho,
los campos y las flores.
Quisiera y no quisiera,
mientras sueño tu sueño
y acaricio tus ojos y me escondo
en el cálido hueco de tus manos.
Ah, ese no sé del beso.
Ah, ese no sé del labio.
Ese sí y ese no de la memoria
y del nombre sin nombre del olvido.
Que no sé yo si sí o si no,
Que no sé, que no sé,
que me abrazo a tu cuerpo;
que me abraso en tu llama
roja y viva y Dios, ya ves,
ya lo estás viendo, Dios
simplemente sonríe
y las galaxias bailan a corazón abierto
en el centro ideal del ideal supremo
de la vida y, la vida,
la vida que es la vida,
es la vida sin más
y no hay ya más que hablar,
que dicho está ya todo
en la hiperlucidez rotunda del silencio.

CÓRDOBA
Para Juan Rejano, andaluz de alma grande

Córdoba de la cal estremecida
en sus muros mordidos de heredades,
cabe el rey de las claras claridades
y entre cantos de almuédanos dormida.

Córdoba blancamente recogida
en el blancor azul de sus edades,
muerta y viva en un sol de eternidades
de restallante luz enfebrecida.

Córdoba candeal y aceitunera
que cultiva, entre alegres atanores,
el naranjo, la vid y la palmera.

Blanca Córdoba blanca entre rumores
de su alma popular y piconera
y sus regios y antiguos esplendores.

Córdoba –miel y cera-:
mística y sensual sabiduría
del más hondo saber de Andalucía.

JUAN CERVERA SANCHIS

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