viernes, 9 de agosto de 2019

FELICIDAD Y EL SUEÑO DE UN HOMBRE RIDÍCULO


Secuestré a Felicidad y la traje a vivir conmigo,
Puse cerrojos en las puertas
con una gran Tranca, para evitar su salida.
Al verse enclaustrada,
paciente y con Serenidad iluminándole el rostro,
me dijo:
Yo he de vivir contigo
Bajo, estas condiciones,
¿las aceptas o las dejas?; calló, y de sus ojos brillantes,
salió un holograma,
que cobró vida por si mismo:
- Yo detesto a Envidia, no quiero verla cerca,
ella tiene una fuerza negativa
y busca apoderarse de tu corazón; ella es la emoción más peligrosa
que puede envolverte,
pone distancia entre tú y yo,
entre tú y las personas.
Mientras el holograma hablaba,
Felicidad se acerca y me susurra al oído.
- No tengas miedo, ¡vive el momento!,
disfruta los instantes que has vivido
y no pienses mucho en Futuro,
él todavía no nace.
Deja que Alegría llegue a tu corazón,
corre a Culpabilidad de tu tiempo,
siente a Libertad,
para que puedas alcanzarme.
Ponle una rienda a Fantasía y a Imaginación,
elévate con ellas a otros mundos,
disfruta de las sensaciones extrañas y de creatividad.
Me da un beso y prosigue:
Busca a las metas con Motivación y Clarificación en tus hombros,
te solicito evitar o erradicar
cualquier situación donde Desdicha
te pueda distraer.
Valora, de nueva cuenta, lo que tienes
y sigue adelante con tu pensamiento,
no fallezcas imaginando que te lo van a quitar,
lo tuyo, siempre será tuyo,
y lo que no es tuyo, nunca lo será.
Crea un proyecto para tu vida,
como cultivar una planta
o hacer una comida deliciosa.
No dejes de aprender,
lee y crece,
eso te ayudará a que estemos juntos en la vida.
Cuida tu salud, para conservarme,
reconoce tus errores
y aprende de ellos,
te enseñarán a cambiar
y, a saber como tratarme.
Algún día nos haremos viejos
y ensalzaremos nuestro amor,
con la plática de los recuerdos.
Yo no soy un objetivo,
soy el camino en el que debes invertir a diario,
haciendo cambios sencillos
en tu enfoque personal.
Diciendo esto, se desprendió de su túnica blanca,
el holograma se apagó
y desnuda pegó su piel a la mía
entonces, el cielo orgasmó estrellas fugaces.

Del libro: "La vida de las marionetas" de Roberto Reynaga Estrada -México-

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