domingo, 4 de agosto de 2019

ESTO EN LA ODISEA


Ella sólo quería moler,
dejar entre sus guisos, gustos que sólo sabe hacer.

Ella quiso usar sus manos esa vez
pero la alentaron, aunque sabiendo que las cosas salen mejor, quiso aprender, se acostumbró.

No
usaba aparatos,
a todo le conjugaba y
le echaba agua, cómo en el verso, dos pizcas, y la sal.

Un día de muestra apareció,
llegó de la nada, pero mostraba a los ojos de otros, cansada y usada:
Esto nadie lo dijo
esto nadie le pudo mostrar.

Nunca tuvo esa forma
pero al hallarse como algo nuevo,
y hasta ahora se entiende: Lo que es recibir cuando en su mundo no se tiene.

Ella molía
ella colaba
ella cocía
ella tomaba el sartén.

Lavaba
secaba
golpeaba,
ella sacudía el chile pasilla, el chile cascabel, en clase de chiles estás, en cocina ahora (la más mexicana).

Ella daba vuelta para verme y sonreía,
era un cariño, la hubieran visto, Yo vi sus ojos, en sus ojos todo:
ella volteaba la carne al revés.

Ella y sus platos,
veía (poco) pero sus manos,
ella de espaldas,
algo movía:
¡tomates cebolla o perejil!.

Ella olía
ella sentía
ella presentía que su cocina,
ella con trapos mojados
ella lloraba
ella asustada.

Ella y el humo,
ella y, ahora como apagar.

Ella tiraba (qué lo quemado no),
ella angustiada.

A ella,
el sueño sólo la detenía,
y quién, [ella alimentaba].

Ella tomó
ella tomaba
ella usaba de nuevo "la Piedra"
ella y la piedra y su cocina
ella y el agua que se ingería
ella entre el humo que la impregnaba.

"Ella siempre quería,
ella ya en sus [ochenta],
ella sentaba sus piernas,
ella podía alimentar".

Ella,
ella reía, era un gusto,
"esto en la odisea".

Cuando quise tomar agua: Ve a una olla que está frente a una ventana y que en ella se encuentran dos macetas, en una está la flor más bella y no seré Yo, y en la otra, está el chisme más bello y si deseas ver más allá, no encontrarás más que unos ladrillos que Yo no mandé construir, y en lo construido, le perdí, desde hace mucho el aire no llega a visitarme; en la olla encontrarás agua, y en tu paladar, si lo has sentido, sentirás el sabor a barro y no estarás en el campo sino en cocina de Clara, cuando hayas acabado, ve y deja un poco de ella a mis amigas, las flores, que el agua las vuelve vivas como a mí, y después, ven a darme el sabor de un beso y quédate aquí, incorpórate, síguete escribiendo, qué habrá el Señor, de qué hablarás de mí.

¿Qué creen qué sentí?

Ella volvió
ella volvía
ella de eso o no,
y alimentaba...

Ella y, ruido de nuevo en su cocina,
ella y, sencillo corazón que la alentaba,
ella y, ella feliz...

y alguien allá
y alguien acá.

Acá Yo adiviné:
Verán que le traje su nueva y le traje amor.

Me quedé por un buen rato
hasta que vi a quién mostraba amor en sus guisos (pero eso quedará sólo en mí).

Imagínate si Yo te contara cuántos platos fueron llevados a la mesa y, cuántas tortillas fueron envueltas y, cuando ella quedó en paz, ¡si le pegaba el aire que un bondadoso quiso ofrecer, o al aire, si un paño acompañaba su frente, y si era tan chula, por qué te lo cuento hasta ahora, será porqué voy en secuencia, y todavía traigo sus ojos así!.

Pero no tengo esa facilidad para extenderme (no por ahora). Has visto la luz de mi escalera, has notado oscuridad, ya es noche, y tus ojos han podido darse cuenta que, no has percibido en mí, soy igual, por eso es que otorgo este gesto hasta ti, porque has llegado hasta aquí y no has detenido ni un momento hasta encontrar el final...

Y hasta muy tarde, Yo no lo pedí,
un beso me regaló, me dio lonche,
¡para el andar con ustedes!, y al caminar, quise quedarme, me dijo "sí":

/le dije adiós/.

Reyvik -México-

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