Ella era un volcán contenido, lava que quema todo lo que toca, enredadera que subía y se sujeta.
Ella era mil tormentas juntas, diluvio de final de tiempo, sol abrasador, extenuante, era un pelear de fieras, un soldado en atroz batalla, indomable amazona, una espera contenida, una explosión de deseo reprimido…
Ella era lo que por su religiosidad durmió, lo que le dijeron que estaba mal exponer, era tapujo de ganas, falsa postura, auto engaño…
Ella era, pero ya no...
Ya no más noches de soledad, de un hipócrita actuar, de temor al que dirán, de ir por la vida sin cariño real; elegido por ella, y no por los demás.
Ella despertó su anhelo, se decidió a ser, a vivir su fe a medias, a amar a Dios pero también… a aquella mujer.
Patricia Alcantar
No hay comentarios:
Publicar un comentario