jueves, 1 de agosto de 2019

DIEGO POLANÍA EN LA INDIGENCIA


Sus primeros años de vida,
un niño solidario, amado por mamá,
inocente, espontáneo con risa suelta.
¡La vida sonreía, su Teté saboreaba!

Un niño travieso empieza,
sus primeros años de vida buena.
Estudia en la Rafael Pombo escuela distrital.
¡Amigos de infancia, maestros de infancia!

Por sus acciones agresivas,
pierde su cupo escolar, cuestión de lamentar.
Pero el ingresa al colegio Boyacá real a estudiar,
En el cual dura poco tiempo, se retira
por peleas son compañeros y compañeras.

Único hijo varón de los Polonia,
hermano preferido de sus seis hermanas,
queda literal en las calles y avenidas.
de Bogotá, empieza una vida tremenda.

Las hermanas y mamá lo hachan
a su suerte en los colegios no aceptan
su cupo, por antecedentes de conducta
y disciplina institucional no deseada.

Como no tenia dinero para la comida,
comienza a robar para cenar,
para desayunar, para almorzar,
encuentra en la indigencia la marihuana.

La consumé su agresividad aumenta,
los conflictos se agravan.
ya no le interesa la comida.
Pues ahora prefiere la marihuana.

Cuando no consigue para la marihuana,
acude al pegante bóxer, el temor aumenta,
cuando no consume alucinógenos, se estresa
cuando no los utiliza con regularidad.

La vida se pone a cuadros para Polanía,
pues lo toman preso, en la captura
Lo llevan al hogar el redentor
de Ciudad Bolívar por una temporada.

En el hogar aprende varios oficios,
La carpintería, ornamentación, sastrería.
Pero emprende una fuga del hogar,
regresa a la avenida central Bogotana.

La drogadicción le gana la batalla,
la violencia física se dispara,
lo buscan para acabar con su vida,
se escapa por el caño de la sexta avenida.

Se va a la zona décima de Bogotá,
para cuidar un poco su vida.
Alquila una habitación en el barrio la Florida.
En un casa lote con siete piezas para la indigencia.

Alquila un carro para reciclar,
llevar escombros de las casas,
que hacen obras de construcción,
busca dinero para la habitación y la marihuana.

Pero también consigue para pagar
el carro para llevar, lo que recicla.
Luego roba un sujeto, para comprar
La marihuana y la comida diaria.

Lo toman como reo, lo llevan al redentor hogar
de la adolescencia en la zona cuarta.
Dura varios años de su vida en el hogar.
La vida de infelicidad, continua en marcha.

Después de diez años regresa,
al barrio la Florida, continua sus andanzas.
Su cuerpo está rallado de tantas puñaladas.
¡Los compañeros lo llaman Petete el resucitado del mal!

La indigencia es su forma de vida,
luego de la esencia humana.
Quedan pocos de sus formas:
Su cara desfigurada, su cuerpo una picadilla.

La indolencia humana ralla,
la vida y los derechos de la humana vida.
En los libros bien escritos, pero los hechos,
de hombres en guerra por la vida, ¿preservarla?

Tarea heroica en estas selvas
de cemento, con fieras indomables abusivas,
con humanos listos, frescos a la indolencia.
¡Políticas que ignoran, no incluyen la miseria!

La vida de Diego Polanía.
Tendrá algo de humana vida.
¡El salvajismo de la ciudad de Bogotá,
no incluye la miseria, ni la solidaridad!

Los derechos en los libros,
la vida en las tumbas de cemento.
El niño fuera de su familia
y la vida de la indigencia aborrecida.

Fernando Enrique Zárate Ángel -Colombia-

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