miércoles, 31 de julio de 2019

¡OLÉ OLÉ Y OLÉEE!


En los grandes ventanales
adornados de muselina,
espigada y con donaire
encuerada está la luz
con el tul de los encajes.

Con su traje de espejuelos
ardiéndole en el pecho,
la luz es toro y torero
empinado en sacarle suertes
a los lienzos de cortinas.

Diez tajadas de naranjas
en la mesa de madera,
de color a mantequilla,
sangran su dulzura sangran
junto al brillo del cuchillo…

Citando al toro, la luz
adelanta su capote.
Éste se arranca con brío,
y, al paso del astado
carga su suerte a la izquierda.

…y las chispas del brasero
del fogón de la cocina
disparando olés persiguen
los manjares y el aroma
del pan casero y el café.

La luz ha citado al toro,
y su capa de oriflama
en los grandes ventanales
brama y bufe con el reto
de un gallito de pelea.

¡Qué jaleo en los cristales!
La luz suelta su capote.
Con una de sus manos
lo gira a su alrededor
y se lleva al toro largo!…

Cacarea la cafetera,
y su pico todo espumas
enardece a la cocina
con los oles del café
que no teme al agua hirviendo.

¡Diez tajadas de naranjas
sangran su dulzura, sangran
junto al filo del cuchillo
en la mesa de madera
de color a mantequilla!

¡Gaoneras, delantales,
verónicas, serpentinas!
¡En los grandes ventanales
el jaleo de las cortinas
y la luz en revolera!

Lionel Yino Sánchez

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