Lucía estaba feliz, hoy es anfitriona y demostraría su manejo en las artes culinarias ya, que sus amigos se pasan embromándola, porque insinúan que es “mala cocinera” y su marido contribuye a seguir las bromas diciendo “hasta la sopa se te quema, ja ja”.
Decidió no comprar nada y demostrar que puede y que le sale bien la comida, lo hizo… tampoco se jugó tanto, preparó empanadas de jamón y queso, resultaron sabrosas y entre risotadas entró al comedor con la fuente, la aplaudieron porque se había lucido.
Bebida va bebida viene, risas y felicitaciones que se acentúan, Lucía en un momento les hace saber que tenía una sorpresa y todos quedaron intrigados preguntándose ¿Qué será? Fue a la cocina, abrió el refrigerador, sacó platos en los que había preparado un postre exquisito de limón, toda una proeza para ella incursionar también en la repostería.
Venía con la bandeja con cada plato para los comensales, al comenzar a servir piso mal, trastabilló y no quería se les escape la bandeja pero, ésta se empeñaba en rodar y rodar, se tiró cual arquero para atajarlo y no pudo, cayó encima de su marido. Las risotadas fueron en aumento, la anfitriona estaba con crema de torta en el rostro y salpicada con vino, tan elegante que se había vestido ahora, luego de su proeza parecía que volvía de la guerra, ¿Y el postre? Quedó sabroso, un sabroso recuerdo.
Mabel Genre-Bert -Argentina-
No hay comentarios:
Publicar un comentario