sábado, 1 de diciembre de 2018

Y, MIENTRAS LLUEVE SOBRE LOS CERROS…


Y, mientras llueve sobre los cerros…
Juntamos melancolías de migrantes tristes.
Para hacer del dolor fresca esperanza.
Del recuerdo, un fantástico consuelo.
Prendidos,
hipnotizados por la necesidad de afecto.

Y, mientras llueve sobre los cerros…
Nos miramos firmes,
a los nublados ojos.
Cobijados de cansancio,
para olvidar espinas.
Y, hacer de claveles rojos nuestra vida.
Prestada vida que de muerte se nos viste.

Y, mientras llueve sobre los cerros…
Caminamos con imaginación enfebrecida,
por senderos de placer, sin mucho fuego.
Para sentir el aroma de los pinos y cipreses.
Que huelen con el calor y ríen verdes con el frío.

Y, mientras llueve sobre los cerros…
Nos unimos entre lazos amistosos, más que amantes,
para hablar de cerezas, manzanas, duraznos y ciruelas.
Frutas que hace mucho tiempo no mordemos.
Y, sentimos la pasión del amor patrio entre los poros.

Y, mientras llueve sobre los cerros…
Tú y yo, dos desconocidos, nos conocemos.
Porque la necesidad de las raíces se nos duelen.
Nos unimos desde el inventado futuro de los besos.
Y, advertimos que el exilio no es tan duro.

Y, mientras deja de llover sobre los cerros…

Nos decimos adiós amablemente.
El pecho mío, emocionado con la patria dentro.
El pecho tuyo, igualito, probablemente.
Y, vuelvo entonces, a mi pequeñito universo de exilada.
Con el desasosiego del retorno, clavado entre los ojos.

Aura Violeta Aldana Saraccini

No hay comentarios:

Publicar un comentario