He callado ante el sufrimiento
que se oculta en nuestros encuentros
y tú... no me dices nada,
lloras, pero también callas
y nos hace daño el silencio,
el tiempo no se detiene y pasa.
Delante de tantos sueños
que se van tornando en veneno,
de las promesas, de las esperanzas
y ahora, queda tan lejos
aquel beso en aquella carta.
Recuerdo aquella rima inocente
que atendías indiferente
mientras la escuchabas sentada
ante un vaso en el que observabas
las tonterías de mi mente
que en letras se desnudaba.
Nunca sabré si era cierto
lo que tus besos dijeron,
nunca sospeché nada...
no había dudas en mi cara
mientras te salvaba de tus miedos
y el amor era un infierno
y la espera era tan larga,
nos desnudábamos en silencio,
te miré... tú me mirabas,
¿el resto?... no lo recuerdo
tan solo un hecho...
... que yo, sí te amaba.
Luis Maria Saiz Laso
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