Flor de mi cielo,
quiero mires mis ojos,
de mensajero travieso con ánimos de libertarios.
Pero sinceros y apasionados.
La luz de mis agujeros luminoso,
muestran el dolor,
de la traición,
el amor me amínalo por ingenuo.
No quiero que me duela,
me quemo, el ingreso a las puertas del amor,
aún no ha sanado el corazón,
gitano quemado por el dolor,
la desilusión y el desasosiego.
Mi corazón late con sangre y dolor.
Bella flor, agujeros luminosos,
vierten como río el dolor,
la desilusión, consternación por el olvido.
De mis seres amados....
por su acomodación,
en el espacio y el tiempo,
su oportunismo para mi abandono.
Despegaron mi amor por caramelos
e ilusorios caminos
sin conquista prevista,
ni noticia casual.
Abandonar mi senda,
fue su meta predilecta.
¡Cómo duele la ingratitud desmedida!
Salieron escapados como la brisa
del cielo de su padre de la vida.
¡La playa se observa calidad
del amor desbordado entregado,
sin leyes, ni firmas en los diarios!
El dolor yace en mi cuerpo,
el alma no resiste tanto.
Sus corazones se enfriaron
como témpano de hielo.
Jamás miraron mi senda,
sus sombras volaban,
hacia la senda de su mamá.
Sin mirar atrás la vida.
Su pasado y su dolor
Por el abandono,
Cuando aún eran unos críos indefensos,
en el mundo cruel e incomprendido.
Su progenitor siempre ahí
sin reparo y con todo el hálito.
Con las fuerzas de una leona en celo,
los protegió con amor,
con un proyecto claro
de vida y humildad en la vivencia citadina,
Dando prioridad la formación pública,
por su naturaleza de humildad serena.
En el actuar de mi vida entera
y en mi existencia solidaria.
En este universo,
de incomprensión,
que me azota con espinas,
que quitan la carne de mi sombra
de mi alma vagabunda.
La vida que me queda,
para amar y recolocar,
tomar desde las cenizas
de mi sombra con gallardía.
Los años que me quedan,
quiero una oportunidad,
para experimentar la libertad,
por las naciones y las estrellas
de la verdad y la sinceridad plena.
Siendo habitante de una galaxia,
sin limites ni fronteras.
Libertad... libertad...
Amar sin cadenas...
Desatar las fibras
de la vida con un risa suelta.
Entregar una rosa,
Por los años que me quedan.
de esperanza en la fenomenología
de mi espíritu, presto a la infancia.
¡A la transformación del asombro
a la niñez duradera y admirada!
Con una oportunidad,
de amar a la humanidad,
sin leyes ni ataduras.
Romper los eslabones
de la desilusión y la traición.
Olvidar las tristezas
y seguir la marcha con el corazón
marcado con dolor y duelo.
Vida dame la oportunidad,
de amar con libertad,
caminar sin apego las sendas
Predilectas de tu galaxia,
de recompensa con la tranquilidad
y libertad apapuchadora solidaria.
¡Libertad... libertad!
Para el espíritu en vuelo,
solitario, enérgico
y el corporal con la madurabilidad
de las uvas fresca para amar.
¡Las secas para el vino seco
y extra seco para caminar la playa
desierta de la incomprensión,
la ingratitud necia y el sin sabor
de la envidia y la odiosa otredad!
Fernando Enrique Zárate Ángel -Colombia-
No hay comentarios:
Publicar un comentario