Cual conjuro de vientos has gritado tus deseos,
de volcarte en la fuente de mis besos y mis brazos,
en silente embriagante de la vid y los “verdeos”,
en voces sugerentes de tus miradas de ocasos.
Ellos no saben mentir, tus ojos, color de ámbar miel,
se han posado en mi palma, cuan reverbero fiel de calma,
cuan fuego de cancerbero, cual la luz en el dintel,
cimbra el corazón amante, los latidos de mi alma.
Tus ojos no saben mentir, limerentes han gritado,
el hambre y la sed de amarme, suave magia de besarme,
envolverme en tu aroma que mis ojos han deseado,
como el pájaro a su nido, en tus ansias de beberme.
Bésame, amor de mi vida, bésame en tu mirada,
escudriña mi sendero de amor y melancolía,
devuélveme en tu aurora, camino a mi encrucijada,
sé, dulce amado mío,
mirada sobre mi ría.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
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