EL PUENTE DE NOVIEMBRE
Estos primeros fríos,
se dejan desnudos sentir,
nos cogen ligeros de ropa
y clavan sus
en esos cuerpos ateridos
que en los días primeros
del mes de los muertos.
El frío noviembre...
Revuelve las hojas
doradas y secas
con vientos intensos,
mezcladas con flores
de tela ya vieja
que adornaron lápidas
en desiertos cementerios
donde escasas personas
limpian las tumbas
de sus seres queridos.
¡Una vez al año,
se acuerdan de ellos!.
Robando ese tiempo,
al puente que llega.
¡Puente de noviembre!.
Cambiando viajes
por recuerdos y muertos,
sin pudor ninguno
y remordimiento nulo,
ajustan las fechas,
reservan viajes.
¡La vida siempre sigue!.
¿Total para qué?...
Si los muertos...
Ya no sienten nada.
Se dice mintiendo
a su frágil conciencia.
Que queda dormida...
Y un viento muy frío
del mes de noviembre
la aleja muy lejos
de su pensamiento.
Pero él siente frío
de ausencias que llegan
llenando recuerdos
que le hielan el alma.
¡Cementerios desiertos
del mes de noviembre!
¡El mes del gran puente!
Sin remordimientos.
¡Total los muertos,
no sienten ya nada!
Y un viento helado
del mes de noviembre,
se lleva muy lejos
recuerdos con hojas
y flores de tela
junto a remordimientos
que muerden el alma.
¿O tal vez el frío
que duele en el alma?
LA LUNA SE MARCHA
Guedejas rosadas
rodean mi luna
en la madrugada.
La luna redonda,
emprende la marcha
con sequito rosa,
blandiendo su esfera
de plata pulida,
sobre nubes rosadas
Se marcha despacio
hacia poniente.
Despacio y rosada
en la madrugada
tras esas montañas
que ocultan su esfera.
Redonda y brillante,
va dando patadas
a nubes rosadas.
Va dando alegría
a quién la contempla
en la madrugada.
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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