De niña cuando soñaba
buscaba mundos que armar,
territorios que explorar
nada me inhabilitaba.
Las cosas que yo admiraba,
y que hoy me dejan perpleja,
me sirven de moraleja:
siempre que pongo pasión
no hace falta la presión
«¡Nadie me jala la oreja!»
Niurka Alanis
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