miércoles, 18 de julio de 2018

TODO OCURRIÓ


Todo ocurrió debido al descaro
y la osadía, aunque más que el
placer de embriagarme del miedo
que riega la fruta prohibida,

fue ese algo que se remueve en
las tripas cuando dos personas
que duermen en un lecho de
espinas se miran...

Nace una historia de la nada,
antes de empezar censurada,
alimentada por la sordera que
clausura lenguas que empalagan.

Y no poder olvidar su mirada.
Y no querer que me vaya.
Y no encontraba sus bragas.
Y el reloj que marca las horas,
envidioso por lo que a veces pasa
las aceleraba.

 Francisco Piñero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario