Tomas la mano,
de tu adorado amor,
sientes la conexión
en cada célula y poro.
Aparece el más hermoso
fruto de los deseos,
un beso es el ingreso
a un universo de los deseos.
En la galaxia de la pasión,
se respira con los deseos,
de ese universo nuevo
y deseoso de amor recíproco.
Al contacto de sus cuerpos,
la piel toma el calor máximo,
las células arden en deseos
y los poros fluye el fluido cálido.
Estos son síntomas
de la reciprocidad para amar,
los cuerpos son frutos
de los deseos y la pasión.
Los cuerpos se hacen uno solo,
la galaxia y el universo,
son pasión y deseos
en un continuo recíproco.
Fernando Enrique Zárate Ángel -Colombia-
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