DE CUANDO EN VEZ

A la tarde la sorprende una nube,
un azabache que flota y desparrama
sobre la pasión del sol en el follaje,
humedeciendo el calor que sofocaba

al gentío sentado en el ocio y ocioso
distraído y despreocupado
de algunos pensamientos maltratados
de esos que agobian y sobresaltan
al sueño en precoces musarañas

A la tarde la sorprende mi paciencia
que deja que se moje la nostalgia
sin ocultar que ya no me interesa
resguardarme por miedo a un resfriado

Acuosa la mirada se refugia
en las gotas que caen como recuerdos
de un amor que fue y luego rescindido,
de cuando en vez, vuelve retoza
bajo la lluvia que llega del pasado

Guillermo Sánchez