Las horas muertas
me levantan esta madrugada,
despabilo,
lejos del sueño que no acude
cae el hastío del pensar que no descansa,
entre yermos desiertos
que el destierro ha columpiado,
entre el mínimo paréntesis
de los últimos latidos
que puedan recordarse como tales
y en su eco se pierden poco a poco,
abrumados bajo el peso de dos sábanas.
Más cerca
el alba me sorprende;
pensando,
en lo que pudo ser y no ha sido,
así supe que soñar no cuesta nada...
pero soñar contigo es otra cosa
y al caer esta almohada
me desplomo,
no por llorar...
sólo es cansancio.
José Luis Gareis -Argentina-
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