martes, 19 de junio de 2018

DUELO


Oxidado el viejo hierro
rememora momentos ya pasados,
no he olvidado la razón de ningun duelo
aunque en todos ellos he fracasado...,
me han matado hace ya tiempo,
aquel tiempo
que me anduve enamorando.

Ya no bebo, tampoco puedo
porque quedé de amor, tan borracho
que ya no me levanto del suelo
y este suelo es mi calvario
pisando los restos de aquellos besos
en los que quiero morir desangrado.

Cruzan mi rostro las señales
que tienen los patanes
que están tan locos
para andar solos por esas calles
del barrio rojo, tintado en la sangre
de los combates entre dos tontos
por una amante y un sueño roto.

No poseo el don para expresarte
mi arrepentimiento por no ganarte,
nunca fui experto en esos lances
y pensé..., que sólo para amarte
era suficiente mantener el deseo
de aquel beso que di sincero,
cuando no te besaba nadie
quizá por miedo...,
o el desconocimiento
de morir por ti...,
en cualquier parte.

Luis Maria Saiz Laso

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