Recibió un ramo de flores,
de múltiples colores,
al igual de aromas,
que le recordaban,
su estancia en Roma.
¿Quién podía ser?,
¿Quién la podía querer?,
iban surgiendo cuestiones,
por infinidad de razones,
pues se encontraba casada
y era bien amada.
Pero no encontraba respuesta,
solo una nota en una tarjeta,
que no la quería leer,
a saber lo que podía poner.
¿Podía ser un amante?,
se quedaba en interrogante,
pero cada vez que el sobre veía,
algo malo intuía,
¡si tan solo es un papel!
y siendo fuerte, puedes con él,
habré tan finas hojas,
que si no te gusta,
a la basura, arrojas.
Eso se decía muchas veces,
incluso, viendo nadar a sus peces,
hasta que al final la abrió,
y un consuelo se quedó.
Era de su esposo,
tan amante y respetuoso,
amigo de los detalles
tratando a su amada,
que de Amor, estalle.
Quedó aliviada,
por él, cada día,
más enamorada
y con el bello erizado,
por el detalle de su amado.
JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-
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