A Rubén Darío
Son tus ojos dos diamantes,
son tus labios dos rubís,
son tus mejillas fragantes
hechas de flores de lis.
Hermosísima mujer
deslizábase en mis brazos,
para una rosa coger
y deshacerla en pedazos.
Nenúfares de flor blanca
abierta acuática planta,
dulce doncella, dolida
ninfa, dormida crisálida.
Vives en mi fantasía,
y en brebaje malvasía,
embriagarme es mi deseo
de esta mujer que yo quiero.
Ofelia con su locura
amada de Hamlet sólo,
Casandra amada de Apolo
rechazado sin ternura.
Desdémona alma de Otelo
enloquecido por celos
¿O fue Helena de Troya
qué por Paris fue raptada?
¿Qué mujer mis sueños llena
cual luciérnaga dormida,
que mi alma dolorida
es la causa de mi pena?
Venid diosas del Olimpo,
acudid presto a saciarme
que conjurar ya no puedo
y en mi largo despertar,
después de una noche amar,
en vez de hablar, balbuceo.
Antonio Monzonís Guillén -España-
Publicado en la revista Espacio del poeta 87
No hay comentarios:
Publicar un comentario