He cambiado la piel del corazón tres veces...
le tuve que dar la vuelta al mundo para remendarlo,
para llegar al punto de partida todavía me falta algo...
Mis piernas a duras penas me sostienen,
me dejaron una cicatriz en el pecho que alguien
con paciencia y una gran dosis de amor
poco a poco me ha curado...
Pero me dejaron un costurón o bolsillo
de acceso directo a mi sufrido corazón;
ya a estas alturas no se si estoy de regreso de todo...
aún de mi mismo... Toda una vida buscando
algo que cuando ya lo tienes parece tan sencillo.
Quisiera encontrar la lámpara mágica, esa de Aladino,
aunque tan sólo me concediera un deseo...
tener la habilidad de distinguir la verdad de la mentira.
Estamos en la primavera y los días son largos y alegres,
y por fin ahora en mi jardín florecen alegres las rosas,
el sol se recuesta cálido sobre las lomas
y los cafetales están preñados de rojos frutos
que desprenden desinteresados su mejor aroma.
Quiero decir que por el horizonte asoma una paloma
y trae una rama de olivo en el pico que significa paz...
paz para mi vejez y para que cicatrice de una vez
este costurón de acceso directo a mi corazón...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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