Al parar en mi jardin, encontró
en su nido, un ruiseñor herido,
estaba, casi muerto su amor había
perdido, lo arropó y le dió calor
y así le dijo.
Vine buscando comida, dejé mi
amor en su nido, con cuatro
lindos polluelos, que solo abren
su pico, el ruiseñor contestó,
me has salvado la vida.
Te estaré, eternamente agradecido,
pasaron los días y aceptó que
la vida seguia, tenía que vivir
otro amor buscaría, encontró una
linda hembra.
Juntos hicieron su nido y estando
sacando pollitos, se presentó un
día, una alondra y sus polluelos,
todos llenos de alegría, junto a
mi ventana trinaban.
Una linda melodía, la música era
preciosa, la letra no la entendía
se podía adivinar que algo así,
diría, vine a ver al ruiseñor y
me encuentro.
Qué alegría, ha encontrado una
hembra que lo ha devuelto a la
vida, vengo con mis polluelos
aquí encontré alegría, que sepan
que aquí la hay.
Por si la necesitan un día, además
alguien que eres tú, que buscas
siempre ayudar y también si,
ofreces mucho amor y gran bondad.
AGUSTÍN RECIO BORREGUERO
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