¿Ves que esa gatita blanca
con su naricita parda
para comer ya se tarda?
Es que le duele una muela…
“Porque comes muchos dulces
y no te lavas tus dientes
por eso dolor ya sientes”,
le dice a ella mamá
Y contesta la gatita:
“al dentista quiero ir,
pues ya no quiero sufrir”.
Yo te juro y te prometo,
que de ahora en adelante
pocos dulces comeré
y mis dientes lavaré,
porque es terrible el dolor
y aguantar no puedo más…
Al dentista la llevaron
y su muela le calzaron.
Y, sí, cumplió su promesa
de no comer tantos dulces;
y también la de lavarse
y muy bien ya cepillarse,
colmillos, muelas y dientes,
cómo le dijo el dentista,
por tres veces en el día;
pues solo así evitaría
ese terrible penar.
ADELINA COREA
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