El paquete de Pueblo medio vacío.
Me levanto encendiendo
un pitillo.
Cierto mareo
me acuna
hacia el estudio.
Toso y me siento,
medito,
sobre los para siempre
y los olvidos.
Sobre el amor y mi
suicida tendencia
hacia el masoquismo.
Sorbo el café frío,
me río de manera esquizoide.
El mundo se me antoja,
entonces,
extraño y atractivo.
No tienes remedio
Ni quieres remediarte.
Ángela de Luis
Publicado en Agitadoras revista cultural 51
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