Siempre deseé ser real, no un mero personaje de una mente perturbada.
Mucho se ha hablado sobre mí. Sin tan siquiera existir, se me considera parte esencial de la historia, para el protagonista, quizás, su mayor motivación, que le empuja a seguir adelante en sus "nobles andaduras".
Aún que ninguno de los otros personajes es real, yo soy la menos real de todos, al existir tan solo en la mente de uno de ellos.
¿Quién soy entonces y porque este interés por convertirme en una persona de carne y hueso? ¿Por qué no al protagonista? Mi verdadero creador. Sea como fuere, en el 500 aniversario de la publicación de la primera parte de Don Quijote de la Mancha, se decidió crear al personaje que consiguiera más votos mediante una votación en línea, Dulcinea del Toboso fue la elegida. Esa soy yo, ¿qué técnica lo hará posible? No sabría cómo explicarlo, tan solo sé, que dentro de pocas horas, naceré, después de haber pasado nueve meses en el vientre de una madre de alquiler, la expectación es máxima, aunque tendrán que pasar unos años, antes de poder ver a la Dulcinea que Don Quijote creó en su mente.
Diego Galán Ruíz (España)
Publicado en la revista digital Minatura 153
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